miércoles, 11 de agosto de 2010

Como mi poesía.

Desde que nacemos, Lloramos nuestra realidad.Desde que somos hijos, Somos realidad de nuestros padres, en nuestro tiempo. Somos hijos de las horas, de la realidad, De la vida. Del silencio y la oscuridad. Somos hijos, simplemente, y viajamos,Como pasajeros, hasta una próxima estación.Y el camino es corto para mí,Y lo será también para otros, que, con la misma ansiedad, Querrán llegar a destino.Y llegarán, como yo, un poco antes,O un poco después.Pero mientras tanto, durante ese viaje, apreciemos, como lo dijera Jorge Luís en sus “instantes”.

Instantes de risa y de llanto,Como el Eclesiastés.
Instantes de siembra, y de cosecha.
Instantes de luz y de sombras,
Instantes de soles y de estrellas,
Instantes de amor, y también de tristeza.
Y como yo, disfrutarán del tiempo,
de aquel instante
En que tu boca se posó en la mía,
en un beso largo,Como lo es la vida,
...Como mi poesía.

Y gozarán de alegrías en cada encuentro,
Y de melancolía en las despedidas.
Y compartiran
Un buen desayuno con quienes aman,
café caliente, pan crocante y mantequilla,
corazón ansioso.
Atardeceres rojos, y mañanitas frías.
frutillas con crema,
Paisajes del lago rodeado de cerros,
Soles que se asoman, campos que no acaban.

Somos hijos de la vida,
Somos hijos del tiempo.
Caminando descalzos sobre verde hierba,
Se nos va el tiempo,Se nos va la vida.
Y disfruto de ella,
como aquella vez en que tu boca dulce se poso en la mía,
En un instante largo,
Como lo es la vida,
Como mi poesía.

Hoy lo tengo todo.
Y quizás a medio camino.
Quisiera desandar los senderos hechos,
Y volver a encontrarte, muchachita mía,
hablarte de sueños,
Y contemplar tus ojos.

Hoy lo tengo todo,
y no tengo nada.
Pues no puedo tenerte,
Muchachita dulce,
Muchachita mía.
Solo tengo instantes,
solo tengo tiempo.

Como caminante, se me va la vida.
Mas,la voy disfrutando con mis ansias todas,
Como aquel instante
en el que tu boca se posó en la mía,
En un beso largo,
Como mi poesía.