martes, 21 de septiembre de 2010

Itapúa

De donde vengo,
las rubias planicies se agitan al viento,
creando un mar,
todo un mar dorado en los campos de trigo.
el azul cielo,
se encuentra a lo lejos
con un mirador de nubes,
creada allende los mares,
donde el horizonte,
une cóncavo y convexo,
luz y tiempo.

Vuelo sintiendo aromas verdes y amarillos,
maíz, arcilla y pan caliente, crocante.
Las lluvias reposan su húmedo cansancio
en colinas ansiosas de sol, cebada y estiércol.
La mañana ha echado a rodar
en la nación de la piedra erguida,
uniendo razas, gentilicios y costumbres,
mezclando idiomas,
cantos y danzas
en extravagante crisol.
Y vuelo,
respirando sueños
que llenan los sentidos.

El sol redescubre,
una vez más
a ésta roja, fértil, y bendita tierra.
Fértil, húmeda de besos de lluvia con tierra,
roja, mía!
De donde vengo,
la tierra de la piedra erguida,
la tierra donde al atardedecer,
el dorado cielo se vuelve trigal,
y el suelo... se vuelve cielo!

jueves, 16 de septiembre de 2010

Mi saco gris.

Hace muchos años, mi madre me regaló un buen saco de lana, tipo sastre, muy elegante, de color gris. Es muy bien abrigado, como para utilizarlo en ocasiones de tiempo fresco, y de tenida formal. Lo suelo utilizar con camisa y corbata, o con jeans y mocasin, de acuerdo a la necesidad.En los años que pasaron desde que mamá nos observa desde una dimensión diferente, ese abrigo sirve como vínculo entre ella y yo. Los instantes que recuerdo con mamá son infinitos, y están a mi alcance, pero mucho más cuando luzco ese saco grís.Con el tiempo, la melancolía me visita a menudo (O tal vez sean los años...) Mamá era una amiga excelente, de conocimientos sin fin, de risa sumamente facil, y ciertamente daba gusto estar cerca de ella. Heredé su gusto por la lectura, los buenos modales, y de alguna, manera trato de escribir como lo hacía ella. Hoy, melancólico como estoy, sacaré del ropero aquel querido saco gris, e invitaré a mamá a compartir conmigo un café con medialunas, a ver vidrieras e un shopping cualquiera, a sentarnos a ver la gente que pasa, o a oir alguna de las tantas historias que a ella tanto le gustaba contar.Y entonces, entre las muchas cosas que tengo para contarle yo, cosas nuevas, alegrías nuevas, o tristezas viejas, le diré cuánto, cuánto la quiero. Y cuánto, cuánto la extraño! Y elegantemente, con mi saco grís, y con orgullo, la llevaré del brazo.

Mi baúl de recuerdos

Cuando quiero recordarte,
no tengo más que abrir
el baúl
que guardo
dentro mío,
y saltan
como cascadas
los soles multicolores,
bosques
de verdes
y dorados,
aromas
que llenan
los sentidos, y
sonrisas frescas
que regalaste,
alguna vez,
a mi vida!

Si piensas en las noches...

La noche llega.
Ha sido largo el día.
Tal vez piensas
que pienso
que piensas en mí.
Y si piensas
que pienso de esa manera,
te diré que no puedo
dejar de pensar
en otra cosa
que no sea en tí.
Y por lo que presiento,
será una larga noche,
también.

Frutillas silvestres.

Contigo,
mañana irémos
donde el arcoiris.
Y nos acostaremos
en la hierba fresca
para observar el cielo azul.
Tomaremos un helado
de frutillas silvestres,
o de chocolate.
Nos beberemos el día entero!
Y a la tardecita, cuando el sol baje,
despacito,
te miraré a los ojos,
y sin decirte nada,
besaré tus dulces labios.
Entonces
sentirás cuánto te quise,
y cuánto,
cuanto te amo!

Sería árbol...

Si no hubiese nacido,
sería hoy un arbol.
( y no porque la gente diga
que pajaritos tengo en la cabeza...)
Arbol alto,
de rugosa y dura corteza,
hojas verde-verdes,
como mis sueños
y mi esperanza.
Y mis flores,
amarillas.
Y cuando sople el viento norte,
seré lluvia de flores,
que se volverá alfombra para recibir
tus pies desnudos,
y se volverá lecho
que acunará tus sueños,
cubrirá tus penas, y acallará tu llanto!

Sensaciones

Pienso en ti
cuando despierto en la madrugada,
y la oscuridad
me recuerda a tus ojos,
y lo fresco
a tu carcajada.
Pienso en tí
cuando resbala en mis espaldas
el agua fría,
y en lo áspero
de la toalla,
y cuando limpio el espejo.
Y en el primer mate
que siento en mis labios,
como un largo beso
que me quema por fuera,
y me consume por dentro!

El beso de una vida.

En una salida de sol,
siento
que la vida
me besa largo,
dulce
y cálido.
Y en el ocaso,
mis labios
esperan,
ansiosos,
a que llegue
un nuevo día!
Amo al sol,
a la vida,
y a ese beso
que me da cada día!

Canción marinera.

Me gustas
como aquella gaviota
que vuela y se encuentra
con el cielo, con el mar.
Me gustas
como los barcos que zarpan
y se llenan de esperanzas,
sudor y buenos deseos.
Me gustas
en la oración de mujeres
que otean a lo lejos
esperando la llegada de un padre,
o del hijo,
...tal vez del hombre amado.
Me gustas
en la soledad mía de la taberna,
donde tejo pensamientos,
aguardiente, sol y cielos,
y recuerdos tuyos que queman la boca
a sal y fuego,
a toda vela y a barlovento.
Y ...
me gustas
en la alegría del murmullo de las olas
que golpean la proa de mi barca,
y en las nubes de tormenta
que se forman a lo lejos,
en las ganas de abrazarte
cuán marino que regresa
deseoso de llenar tus labios de mar
y tenerte cerca,
muy cerca,
y de nuevo entre mis brazos!

Bésame.

Cuando estoy contigo, solo quiero besarte.
Besos y más besos.
Cortos,
picos,
dulces,
frescos,
besos.
Silenciosos,
largos,
húmedos,
apasionados,
con cosquillitas,
pasando mariposas,
compárando miel con chocolate,
besos, besos.
Millones de besos
con luces y tambores redoblando,
carcajadas silenciosas,
luciérnagas en noches de verano, besos,
besos...
Besos como estrellas en la galaxia.

Caminar contigo.

Deseo caminar contigo
la noche de estrellas llena,
y contemplar la luna nueva trepando,
trepando hacia la mitad de la oscuridad,
de tu rostro
y tu sonrisa.
Deseo caminar contigo
sin rumbo alguno,
y sentir el canto
de grillos asombrados
llenando los espacios
que ocupan nuestras almas,
nuestros cuerpos,
nuestras vidas.

Mi vida toda.

Por permitir que ocupe
ese pequeño espacio intangible en tu vida,
te doy
mis madrugadas y aquel lucero;
mis mañanas frescas
y el sol.
La brisa fresca
y la gente que sonrie.
Mi primer pensamiento es para tí,
al despertar.
Mi tiempo,
y mi vida toda te la daría,
si me lo pidieras.

Sentimientos.

La tristeza de que no estés conmigo hoy,
no hará que mi alma deje de sentir.
Aún me sobran palabras, letras,
versos que no volverás a oir nunca más
si no estoy aquí.
Te amo tanto que te entrego lo mejor de mí.
Y lo mejor que tengo para tí,
es simple: Es mi poesía.
Es pasión,
es dolor,
es alegría en la tristeza,
y es amor!

Llegará algún día.

Cada día nos acercamos más a ella. Por retorcidos que hagamos el sendero, nada nos acerca tanto a ella como el tiempo. Pero tanto he vivido, tanto he amado, tanto he sentido, tanto he llorado por su amor en el desamor... Aguardo, mas, no temo.

A mi tierra.

Amo a ésta tierra, y al tiempo verde y rojo que transcurre por ella. Amo a las aves que siguen el camino del cielo azul para encontrarse allá, en la linea del horizonte, con el suelo que amo.Y amo al ese sol que me aguarda siempre, en las mañanas, a que salga a iniciar el nuevo día que llegó, al final de la noche!

La vida.

La vida nos entra por todas partes. Por los poros de la piel, los ojos, la boca, los oidos. En todo momentos la sentimos. Cuando oimos una voz querida. Al abservar la tristeza del cielo gris que nos cubre, o al volver del trabajo con las ansias de recibir la frescura en la sonrisa del pequeñín de la casa. Deseo compartir la única riqueza válida con todos aquellos que me entienden. Esta riqueza, es la vida!

Te amo.

Te amo.
Son solo cinco letras.
Cinco dedos,
cinco estrellas,
cinco siglos,
cinco mariposas en el estómago,
cinco flores puequeñitas,
cinco abejas que pasan zumbando...
y podría escribir
cinco millones de cosas más
para tratar de decirte
algo que te lleve
a que sientas lo que yo,
al pronunciar
¡Te amo!.

Romance de la luna y el sol.

La luna se baña en el río,
y éste la quiere besar.
ella es niña tan bella,
que todos la quieren mirar.

... La luna juega en el cielo,
las nubes la queren tapar,
y el viento calma su paso,
tan solo por verla pasar!
El viento, las nubes y el rio,
con la luna desean jugar.
Ella es una niña tan bella,
y a las montañas quiere marchar,
pues la noche le dijo al oido,
... que el sol la quiere encontrar.

Detrás de los montes,
la niña al astro encontró.
Y el sol y la luna se amaron
mil días, mil noches,y aún más.

Y el Alba, de aquel gran amor, nació!

Un día especial.

Será un día especial.
Será fresco y claro,
como tu presencia
en mi pensamiento.
Tu nombre vibra alegre en mis labios
cuán carcajada
cuando te menciono.
La mañana empieza a cubrirse
de sol y azul,
de verde y tiempo.

En momentos más,
deberé partir a lo cotidiano,
andando caminos,
enfrentando gente, y fantasmas,
propios, y extraños.
Mas, con tu imagen como estandarte,
no temo, ni sufro cansancio.

Hoy, ya no estás.

He tenido que cortar
el vínculo que nos unía,
por tu bién,
o talvéz por el mío.
Pero siempre habrá primaveras
con tocados multicolores,
con aromas de lapachos florecidos, y romero.

Y estárás eternamente allí,
en septiembre.
Fresca y amada,
dulce y deseada.

Un lucero aún brilla
en el cielo que clarea.
Y debo partir a iniciar mi día.
Y lo haré como ayer,
como antes,
como siempre:
con tu recuerdo a mi lado
como compañía!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Suma de bienes.

Hoy,
todo lo tengo, y no.
tengo al aire con aroma a maduras naranjas,
y un estío cargado de soles omnipotentes.
Tengo cien caminos anchos y rojos
que me llevan a todas partes,
y a ninguna.
He vivido más que ninguno a mi edad,
he sentido tanto,
y tanto he llorado.
Tengo tantas impresiones
que no se irán ahora,
ni nunca más.
Hoy lo tengo todo,
y no.
Tengo manantiales que surgen sin pensar,
y sueños que flotan en mis ríos y lunares.
Tengo palabras que nadie ha oido desde entonces.
Tengo las manos libres, y un deseo.
No es mucho lo que poseo,
y no es poco.
Pero todo lo tengo.
Todo.
Y no.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Oda de los mangos

De la tierra hacia arriba
crece el cielo verde, frondoso.
Y da sus frutos el mangal.
Nobles, ricos, amarillos.
Verdes, duros, blandos,
los mangos de la tierra roja
que hacia el cielo verde, trepa.

Los mangos crecen como estrellas.
Sabrosos, multicolores, frescos.
Duros, suaves, duros,
como tus pechos de niña.

Mangos, mangos, mangos...
Cientos de mangos.
miles, millones de mangos.
Alimentan al pobre,
regocijan al rico.
Mangos dulces, jugosos, tiernos,
como los besos de la niña que amo.

Mangos dulces, jugosos, tiernos,
que maduran su piel al sol, la lluvia y el tiempo.
Mangos. Millones de mangos.
Amarillos, rojos y verdes. Y dulces.
como las letras del nombre de la mujer que amo.

Mangos. Dulces, fibrosos,
tiernos, jugosos... Tus besos, los mangos!
Amo y añoro aquel mangal.
Amo y añoro tus besos, mujer sencilla,
piel de mango, dulces, jugosos mangos.

Cientos, miles, millones de estrellas en el firmamento.
Cientos, miles, millones de mangos
que saltan de la roja tierra
hacia el cielo verde,
madurando al cielo,
al sol, y al viento!