jueves, 29 de abril de 2010

Sol pequeño, desde entonces

Eras sol pequeñito
cuando llegaste para quedarte.
Desde entonces,
ya no he tenido frio
en los inviernos que han pasado,
y ya he contado veintisiete.
El calor y la fuerza que le has dado
a mi vida desde entonces,
han hecho que se mantengan frescos
los caminos, y los montes,
y la brisa que embriaga de alegría
cuando recuerdo tu risa estrellada.
Eres sol, desde entonces,
y tormenta estival
en cada noche solitaria.
Y en cada noche he aprendido
a amarte en silencio,
trayendo de nuevo tu aroma de mujer,
besando de nuevo tu cuerpo de niña,
soñando, soñando.

Soñando en las noches
con un sol pequeño a quien dí mi corazón
hace mucho,
mucho tiempo.
Y no he tenido frío
desde entonces...

viernes, 23 de abril de 2010

Una tarde de abril.

Luego de un tiempo,
no sé por que, hoy te sentí más cerca
que otras veces.
Estabas linda!
Me gustó observarte hacendosa, ocupada.
Me gustó observar tus cabellos enmarañandose
a tu paso.
Me gustó mirarte de espaldas,
y ver la firmeza de tus caderas,
y el vaivén andulante de ellas,
atrayendo miradas,
atragantando suspiros.
Te sentí tan cerca, tan bella,
tan mía!
Y al tenerte a mi alcance,
todo mi ser se torno tembloroso
de ansias nuevas, de sangre joven.
Has tenido ansias de besar a quien amas, y no pudiste hacerlo?
Es sensación hermosa,
pero terrible.
Has querido estar mirando a los ojos de tu enamorado,
y no te queda tiempo?
Es sentimiento sin igual,
pero triste.
Y así y todo,
no quise que terminara mi tiempo junto a tí.
Y en silencioso grito,
pedía a tus labios que me besaran,
y suplicaba para que no me dejaras ir.
Me pasaría toda la tarde contigo,
solo para mirarte,
solo para admirarte,
solo para amarte en silencio.
La tarde transcurría, tranquila.
Estabas linda.
Y no sé por que,
Hoy te sentí más cerca.

jueves, 22 de abril de 2010

Quererte como te quiero

De nuevo,
no puedo conciliar el sueño,
y estoy cansado.
y te vuelves sol en medianoche,
y la madrugada duele
y se hace larga.

Como me duele quererte!

Y mi mente se aferra a ti, y tiemblo,
pues no quiero pensarte.
Te amo más aun,
cuando más quiero olvidarte.
Y cuando por fin,
consigo que te alejes,
te acercas de nuevo a mi,
como en burlas, golpeándo,
y haciendo tambalear
ésta frágil figura.

Que dolor tan grande
el quererte como te quiero!

Cuando tú quieres, no puedo,
y cuando sí puedo,
te alejas, riendo!
Eres en mis sueños, realidad,
y en mí realidad, fantasía.
Cuando lloro, te busco,
cuando lloras, me buscas,
y no te encuentro nunca,
y no me llamas nunca.
Serán de nuevo tus fantasmas?
Pues mi fantasma
eres tú.

Como, como me duele
quererte como te quiero!

Pensando en tí no duermo,
pues no quiero soñarte.
Y, cuando despierto, solo quiero contigo
soñar despierto!
Mis noches las vuelves dias,
y eres sol en medianoche.
Y durante el día
conviertes en luna
y noche estrellada,
mis pensamientos.

Hoy, como duele
quererte como te quiero...

Como me duele. Como!
quererte como te quiero.

Ya no puedo dormir,
ya no quiero dormir.

La noche se ha vuelto
dolorosa madrugada.
Los minutos pasan, lentos.
Y las horas pasan,
dolorosas como la vida.
Y no me preocupo,
pues, sin tí,
ésta vida no vale nada.
Pero sí quiero vivir mi vida,
amándote.
Aún cuando amarte duela.
Aunque toda la vida me duela,
el quererte como te quiero!

sábado, 17 de abril de 2010

Te amaré siempre.

Estoy muriendo cada dia con tu ausencia.
Me duele despertar sabiendo que no estás allí.
Tratando de iniciar el día
no puedo, ni quiero, apartar mi mente de tu recuerdo.
Y me vuelve a la memoria todo. Y extraño tus manos pequeñas, suaves.
Y tu mirada verdeselva profunda, sincera.
Extraño todo tu ser, tu presencia toda, toda.

Y entonces, ocurre.

Te apareces de pronto, y de pronto vuelves a ser
el motivo de mi vida.
Y te vuelves a instalar dentro mio como siempre lo estuviste,
como el sol que eres en mis mañanas,
y vuelves a ser ave que canta en mi ventana,
y cielo estrellado en las noches.
Salgo a la lucha diaria como loco caballero
con tu rostro en mi bandera,
sintiendo de nuevo la fuerza de tu sonrisa,
y la magia de aquel perfume.

Te amo,
y te amaré siempre.
Por encima de todas las cosas,
con la fuerza de todos los mares del mundo,
y mientras exista el tiempo.
Te amo hoy,
más que nunca,
y te amaré mañana,
más que siempre.

martes, 13 de abril de 2010

Auditoría romántica

Con mente caliente
hice sumas y restas.
Repasé errores
y dejé saldos en blancos,
y negativos,
a favor y en contra.
Y en mi fría y poco confiable
contabilidad,
llevada a cabo en fresca madrugada,
me gustará rendir informes
de la auditoría realizada...

Encontré,
que tanto tú, como yo,
necesitamos el uno del otro.
Tu necesitas de mis palabras justas, con largo recorrido,
con experiencias recorridas,
con mucha vida, y esperanzas recibidas,
así como de las frases galantes que te llenan tanto.
Y yo, necesito de tus palabras suaves, inteligentes y sinceras,
que me ponen el freno y la sensibilidad
que muchas veces, por apuro, o por impulsivo,
ando por senderos errados.

Tu necesitas de mis pasos de niño,
yo, de tus manos seguras.

Yo preciso de tu vista para ver realidades,
y tú precisas de la mirada mía,
que ven las casas de rojo techo, y el quebrado del camino
que me lleva tu casa.

Necesito de tus manos pequeñas, calidas,
para que me hagan compañía en mis sueños sin fin,
siguiendo huellas que se pierden
donde nace el arcoiris.

Tu precisas de mi aliento contenido en aquel último beso,
y no puedo seguir andando si no recibo
el aroma que dejas a tu paso.

Creo que si me conocieras, no podrías dormirte
sin tirar tus brazos sobre mi pecho,
y yo no podría soñar cosas sencillas y bellas
sin sentir tu cabeza pequeña,
y tu pelo de rabiosos caracoles,
en el hueco que hice
entre mis brazos y mi cuerpo.

Necesito del sol que irradias,
necesitas de la humedad del deseo.

Necesitamos ambos de cada uno de los actos del otro.

Quiero saber en que piensas cuando no estás conmigo,
y tu querrías saber si pienso en ti cada noche...
( lo hago cada noche y cada día,
cada atardecer, y cada madrugada,
y pienso en ti cada segundo de cada minuto,
de cada hora,
y cuando llueve,
y cuando siento el olor a tierra mojada,
y cuando estallan lapachos amarillos,
y cuando lloro,
y cuando rio,
y cuando sueño.
En otras palabras, siempre!)

Necesitamos cada uno del otro.
Y las aves que anidan un tus pechos
desean alimentarse de mis labios,
deseosos de la piel,
erizada piel de tu cuerpo.

Y es éste el informe
de sumas y restas,
de esperanzas y de estrellas,
de cielos rojos,
y azahares puramente aromados.
De auditoría realizada,
perdonando errores, y cometiendo otros tantos
por la mente caliente, o quizás por humano,
en una fresca madrugada.

Y lo pongo a consideración tuya,
o a quien corresponda.

martes, 6 de abril de 2010

En un día cualquiera.

Estoy confundido.
Mis pensamientos
se vuelven complejos,
con encrucijadas sin resolverse.
Siento como pasan las horas pesadas,
infinitas,
en un día cualquiera de mi vida.
En mi teléfono
tengo una imagen tuya,
y de nuevo siento tu aroma,
y mi habitación se llena
de recuerdos tuyos.
Y me pregunto una vez más
como deberé hacer para olvidarte.
Lo intento cada día, y solo consigo
que mis sentimientos se agiganten
en cada centímetro de mi alma, de mi cuerpo.
Pero estoy solo, y duele.
Estoy solo, como siempre lo estuve
sin tu presencia de sol,
de aire fresco, de madrugadas,
de lapachos amarillos!
Y vivo de recuerdos.
bellos, dulces, aromados,
hermosos.
Pero recuerdos.
Y en la senda que no tiene fin,
me viene a la mente el último mensaje
que me enviaste, enojada.
Contigo, debí dejar de lado el orgullo.
Lo siento tanto!
Y tanto te extraño!
Desearía estar en una de aquellas
tardes fresquitas,
bebiendo chocolate caliente, y tus ojos,
tomando tus manos entre las mías,
charlando de nada en especial,
pero contigo.
El torbellino de ideas, recuerdos,
y aromas que se volvió mi mente,
hace que hoy sea un día especial,
y tiene de particular
que no puedo dejar de pensar
en otra cosa que no sea en vos,
como cada día que pasa...
Como todos los días.
Las horas pasan pesadas,
cansadas. Infinitas.
Es un dia especial,
es un día cualquiera de mi vida.
Y en mi teléfono guardo,
como mi tesoro más valioso,
Aquella imagen tuya.