domingo, 30 de enero de 2011

Gracias.

Por permitir adentrarme en lo maravilloso de tu vida;
por dejar que tus sueños y ansias sean los míos;
porque mis anhelos encuentran un hueco dentro tuyo,
y con tu magia los vuelves realidad.
Porque tu existencia ha hecho posible la mía.
Por aparecer cuando intento alejarme,
y cuando me acerco demasiado, sabes alejarte.
Porque reinas, absoluta, en mi feudo.
Pequeño, pero tuyo.
Porque sabes oir,
aún en el cristalino silencio de nuestras miradas.
Por permitir que tus hijos sean un poco míos,
y dejar que disfrute de sus logros y conquistas.
Porque tu tiempo es el mío.
Por recordarme cuando te pones triste,
y por llamarme cuando saltas de alegría!
Por dejar que te ame como nunca creí llegar a amar.
Por hacer el cielo más azul y diáfano cuando estás aquí,
y por confiar en mí,
gracias.

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