martes, 6 de abril de 2010

En un día cualquiera.

Estoy confundido.
Mis pensamientos
se vuelven complejos,
con encrucijadas sin resolverse.
Siento como pasan las horas pesadas,
infinitas,
en un día cualquiera de mi vida.
En mi teléfono
tengo una imagen tuya,
y de nuevo siento tu aroma,
y mi habitación se llena
de recuerdos tuyos.
Y me pregunto una vez más
como deberé hacer para olvidarte.
Lo intento cada día, y solo consigo
que mis sentimientos se agiganten
en cada centímetro de mi alma, de mi cuerpo.
Pero estoy solo, y duele.
Estoy solo, como siempre lo estuve
sin tu presencia de sol,
de aire fresco, de madrugadas,
de lapachos amarillos!
Y vivo de recuerdos.
bellos, dulces, aromados,
hermosos.
Pero recuerdos.
Y en la senda que no tiene fin,
me viene a la mente el último mensaje
que me enviaste, enojada.
Contigo, debí dejar de lado el orgullo.
Lo siento tanto!
Y tanto te extraño!
Desearía estar en una de aquellas
tardes fresquitas,
bebiendo chocolate caliente, y tus ojos,
tomando tus manos entre las mías,
charlando de nada en especial,
pero contigo.
El torbellino de ideas, recuerdos,
y aromas que se volvió mi mente,
hace que hoy sea un día especial,
y tiene de particular
que no puedo dejar de pensar
en otra cosa que no sea en vos,
como cada día que pasa...
Como todos los días.
Las horas pasan pesadas,
cansadas. Infinitas.
Es un dia especial,
es un día cualquiera de mi vida.
Y en mi teléfono guardo,
como mi tesoro más valioso,
Aquella imagen tuya.

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