Estoy muriendo cada dia con tu ausencia.
Me duele despertar sabiendo que no estás allí.
Tratando de iniciar el día
no puedo, ni quiero, apartar mi mente de tu recuerdo.
Y me vuelve a la memoria todo. Y extraño tus manos pequeñas, suaves.
Y tu mirada verdeselva profunda, sincera.
Extraño todo tu ser, tu presencia toda, toda.
Y entonces, ocurre.
Te apareces de pronto, y de pronto vuelves a ser
el motivo de mi vida.
Y te vuelves a instalar dentro mio como siempre lo estuviste,
como el sol que eres en mis mañanas,
y vuelves a ser ave que canta en mi ventana,
y cielo estrellado en las noches.
Salgo a la lucha diaria como loco caballero
con tu rostro en mi bandera,
sintiendo de nuevo la fuerza de tu sonrisa,
y la magia de aquel perfume.
Te amo,
y te amaré siempre.
Por encima de todas las cosas,
con la fuerza de todos los mares del mundo,
y mientras exista el tiempo.
Te amo hoy,
más que nunca,
y te amaré mañana,
más que siempre.
sábado, 17 de abril de 2010
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